Una vez se dañaron las baterías del inversor en mi casa; la señora que trabajaba allí, por alguna razón decidió hacer uso del espacio y tranquilamente fue ubicando cosas en el cajón de las mismas. Dispuso del lugar como todo un almacén, tenía colgadas: plantas, paños, cables, detergentes extras, un collar nuevo de Shava (la perrita de la casa) y todo aquello que rápidamente ella no le encontraba explicación lógica.
(Ya el espacio no estaba vacío, pero tampoco estaba siendo útilmente aprovechado, más bien se encontraba saturado).
Así pasa en nuestras vidas cuando no planificamos los cambios y reemplazos, dejamos un vacío que sin darnos cuenta se va llenando de cosas inesperadas e inútiles. Estamos como esponja receptiva sin filtrar lo que nos llega, dispuestos a permitir invitados, aun estos no sean los que pudieran hacernos llegar a las experiencias que deseamos. Así también con nuestros planes, si no tenemos algo formado de manera premeditada, otras personas estarán haciendo ideas de como usar nuestro tiempo y recursos; fácilmente estamos disponiendo todo nuestro patrimonio personal para gente, planes y cosas que no entendemos y aparte, que de detenernos a pensar, lo más seguro es que no nos interesan para nuestro mayor bien.
Pienso que al hacer el ejercicio de eliminar, cerrar capítulos, tomar decisiones, iniciar cambios en nuestra vida, trabajos, economías... también hay que planificar _como en un proyecto de construcción_ lo que haremos con el sobrante o simplemente con lo que queda, como son los escombros, la estructura y el tiempo.
Estos elementos anteriormente tenían una razón de ser para lo que había, pero ahora puede que no nos sea totalmente útil o no hayamos analizado cómo obtener el mayor beneficio de ello en lo adelante... Tomando conciencia de ello podemos seguir en control de lo que tenemos y las decisiones que tomamos para nuestro propósito, y evitar que estos restos no se nos pudran encima u otras situaciones decidan venir a perturbar nuestros espacios, a liderar nuestros círculos o a desviar nuestra atención sin nuestro consentimiento.
Cuántas personas deciden dejar de fumar sin una alternativa a la acción, qué sucede luego? entran en otros vicios o vuelven rápidamente al mismo; porque ese espacio sigue allí dispuesto para ser llenado con lo primero que no encuentre lugar y desee ser utilizado. Así gente que decide rebajar el peso corporal, pero aunque dejan de comer lo que hace daño, no van al gimnasio ni sustituyen eventos... siguen yendo a los mismos lugares, tienen la misma agenda y con espacios vacíos disponibles, que luego se llenan del mismo entorno. Parejas que terminan, pero no adaptan cambios en sus vidas; por lo que la inercia les lleva a buscar y pensar en la misma rutina y dar vueltas en el mismo círculo (Es más fuerte la costumbre...). Cuando vienen a darse cuenta, -Ups!! ¿qué hago yo aquí? en la misma relación otra vez? o con otra igual o peor...
Recordemos que todo está conectado, por lo que hay que planificar nuestros cambios y acomodar o cerrar temporal o permanentemente los espacios y puertas que nos hacen desviar de nuestro propósito, esas que nos organizan el caos o nos atraen a la antigua situación que deseamos cambiar o bien estas que no nos permiten volver al punto donde nos interesa retomar. Esta estrategia a cuenta de apoyar y motivar el nuevo camino_ armar nuestro nuevo batallón de ataque y de seguridad, dedicándole atención y recursos a lo que verdaderamente nos interesa tener y controlar para nuestro mayor bien.
En cuanto a los cajones de mi casa, inmediatamente nos dimos cuenta de la situación, mi madre y yo procedimos a re-ubicar todo lo que allí había, cerramos con llaves para que no se estropeara nada y lograr mantener el espacio dispuesto hasta el regreso de las baterías...
Hasta la próxima.
Está muy interesante ver como tus escritos nos llaman la atención de forma divertida y profunda a la vez.
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