En el Camino de Santiago

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viernes, 8 de junio de 2018

APARCAR EN LAS CALLES/ APARCAR EN LA VIDA.

Ayer acompañaba a un amigo a sacar su vehículo de un parking para dejarlo en la calle. En eso me pregunta mi amigo:
-¿Conduces en Madrid? 
-No
-Ahhh pues nada, porque te iba a dar el truco para aparcar un coche en la calle. 
-Pues dímelo, aquí no conduzco porque no es necesario pero sé conducir, no viene mal saber lo que me quieras decir...  ¿Cuál es el truco?
-Enfocas y te dices: "estoy aquí y es ahora, deseo aparcar".

En eso, otra persona aparcó en el sitio donde lo haríamos nosotros y me reí. Mi amigo se dijo muy convencido: -"¡Gracias!! ahora que él ha aparcado estoy más cerca de saber lo que se siente aparcar". 

No pasaron 5 minutos cuando encontramos un espacio libre y apto donde aparcar nosotros. Pudo ser casualidad pero me conmovió su actitud ante la situación y el resultado. 

Esto me recordó una filosofía personal que me ha funcionado por muchas vías, "si mi entorno está bien yo estoy bien". Entonces me alegro de cualquier progreso y me ocupo de incrementar tanto mi bienestar como el de mi entorno. El orden ya luego la vida lo determina, si ellos llegan yo voy detrás y viceversa. Con el tiempo y sin saberlo he visto que en su momento también el batallón que me acompaña en las distintas circunstancias ha mediado para mi bienestar o me ha preparado para ello, sin pedirlo ni saberlo yo en ocasiones.

Moraleja 1.:

Ver que el otro encuentra opciones donde también nosotros estamos buscando puede ser un empuje y servir para afianzar la certeza de que para nosotros también hay alternativas viables y no lo contrario. He visto en la calle esta misma situación y muchos se cargan con frases como: "que gilipollas, ahí iba a aparcar yo" "Cabrón, ¿no ves que quiero entrar ahí?" pasa en el parking, pasa con los amigos y los no tan amigos cuando tienen un buen trabajo o han aprobado algún examen, o consiguen una buena pareja, metas cumplidas... muchos de los que no han trabajado su suerte (que yo le llamo actitud), es como si las opciones fuesen finitas y lo bueno siempre es para el otro, pero no es así. Ganamos menos con desesperar, desenfocarnos, tronchar el camino al otro o hasta amargarnos porque él o ella sí y yo aún no.i

-Es más placentero y fácil cuando vamos saboreando y acercándonos a nuestro objetivo a través de los que van en nuestra ruta o nos acompañan en el trayecto. Ganamos doble; antes por disfrutar lo ajeno y en el acto cuando llega nuestro turno. No hay que olvidar que estamos dentro de los que esperan por seguir fluyendo, enfocados y con actitud de recibir; es difícil pasar desapercibidos cuando nuestro mayor bien también va a nuestro encuentro y nos percibe listos y felices. 
  
Moraleja 2. 
La actitud te guia o te aleja de lo que buscas. A veces en paz y a veces a regañadientes. Tu eliges el tipo de energía que le pones.  

Moraleja 3.
También sucede que en ocasiones no encuentras lo que realmente buscas, encuentras algo mejor. Tú decides qué postura tomar en el proceso, el mismo entorno lo nota, te acerca y te compensa. Cuando eres agradecido, la vida te da muchas más razones para agradecer. 

Esto es como estar conectado al "wifi de la abundancia" (como dice mi amigo). Y diría yo que al ser abundancia no cesa, se multiplica para los que estamos ahí dándolo todo, positivos y receptivos.

Solo por preguntar, ¿has probado tú a saborear y bendecir los logros de algún semejante, aún cuando ese objetivo es el mismo que persigues en tus circunstancias? Si ya lo has hecho, me alegro que te abres camino y aprovechas para disfrutar el doble y si aún no, pruébalo y me cuentas. 

¡Gracias Pedro P. López por la influencia positiva para esta reflexión!. :)