En el Camino de Santiago

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lunes, 18 de enero de 2016

NUNCA NADIE ES TAN POBRE.

Hoy tengo dos historias que contar, a ver lo que sacamos de cada una...

Me animo a subir este post porque ya han pasado las navidades, que generalmente es el tiempo en que la gente se siente más motivada a dar o colaborar con causas. Asumo que porque hay más dinero en las nóminas en esa época y por toda la propaganda de unión y solidaridad (sincera o no) que se monta en el entorno de las sociedades para estas fechas.

No obstante, este sentimiento de colaboración y solidaridad hay quienes aspiramos se mantenga a lo largo de los andares de cada individuo y en el transcurso de todos los días del año, por supuesto, en las dimensiones que cada quien pueda controlar. Yo podría contar muchísimas historias respecto a este tema y en primera o segunda persona; pero esta vez le toca ser protagonista de cambios a gente que de una u otra manera generalmente pasan desapercibidas, o simplemente las obviamos porque no hay mucho interesante positivo que sacar a simple vista, puesto que ya estamos muy cansados como para prestarles atención en detalle.

La primera: En mi país, cuando aparcas un vehículo en la calle, no sé si es que lo huelen o llevan radar pero de inmediato aparecen hombres y ya hasta mujeres, no importa la edad; reclamando que te vigilarán y cuidarán el carro a cambio de dinero. La verdad que ese tema satura a cualquiera si te pones a pensar en todas las veces que aparcas al día y todas las demás necesidades de gente que van apareciendo entre semáforos, estaciones de combustible, etc... en fin, que hay toda una red de "trabajos informales" que apelan a tu solidaridad y pasividad para generar su sustento diario. Situación que aunque nos tiene cansados a los demás mortales y sobre todo conductores a veces me apena y también me pregunto si realmente merece la pena para ellos, puesto que se pasan estas personas más de 10 horas en una esquina bajo el sol asfixiante del caribe, para recolectar sabe Dios si 100, 150 o 200 pesos al día, que aunque libre de impuestos, creo ya no alcanza ni para un servicio decente de comida para un almuerzo...

Cuento esto porque también a la situación se añade que es normal darles algo de dinero a chic@s, a cambio de que te limpien los cristales (sin pedírselo y más de 5 veces al día) o para que te "vigilen los coches" aún sabiendo tu que si lo roban o pasa algo los primeros que desaparecen son ellos mismos.

Esta práctica de darles dinero se ha vuelto aparentemente obligatoria en algunas calles... Yo como siempre, a mi manera trato de salir de las situaciones de la forma más honesta y diplomática posible, porque de lo contrario, aparte que puede ser peligroso, terminas enfurecida, hastiada del sistema social y sus desigualdades, con sentimiento de haber sido timada y al final del día estarás pidiéndoles trabajo a ellos mismos porque lo has repartido todo en su causa...

Bueno, les comento: Hace unos años, debía hacer unas gestiones en mi Santo Domingo, (antes de venir a España), fui a una oficina pública donde tuve que aparcar mi vehículo en la calle... mientras me acomodo para salirme del carro, ahí mismo llegó el chico que se autodenomina "vigilante" de ese tramo y me dice que me va a cuidar el vehículo, que me acuerde de su cara... simplemente lo mirè y no le dije nada... fui a la oficina y me pidieron sacar copia a algunos documentos y dos situaciones me toca resaltar; una, que no sabia dónde había copiadora y dos, que tampoco tenia dinero efectivo y no sabia dónde había un cajero automático para sacar dinero y pagar las copias. 

Muy molesta salí del lugar por la negligencia de no avisarme antes que debía ir preparada y las pocas facilidades para solucionar el tema ahí mismo...cuando me acerco al vehículo, vuelve el chico y me dice que el me ha cuidado el carro, que recuerde darle algo, -le digo muy seria: ¿Que te de algo???? Tu eres quien debe darme algo a mi, que a ti te da todo el mundo, Yo ahora debo salir a buscar dinero y una copiadora porque no tengo ni un peso encima y donde vaya me vendrá otro como tu a pedir dinero para cuidar el carro otra vez. _ El chico se queda observando y me dice: - ¿Cuánto es que necesitas? le digo: y qué se yo, a lo mejor 10 pesos, pero no los tengo y me cuesta más dar todas estas vueltas. El chico sacó una bolsita de su bolsillo y me entregó los 10 pesos, aparte me indicó (caminando a mi lado) el lugar más cercano para hacer las copias. Me sorprendí, pero lo acepté porque también es bueno que ellos sepan que no todo es pedir y pedir y que a veces simplemente no hay dinero para dar. De igual forma quienes te dan también lidian con situaciones agobiantes para resolver y muchas veces necesitan la ayuda de otros. Por lo que fui a sacar mis copias y regresé, por supuesto le di las gracias y unas mentas que tenia en mi bolso, le sonreí y todos felices. 

También me pasó en España que fui a tomar un tren y no sabía que mi tarjeta de transporte no funcionaba en esa zona, me voy directo a la máquina a ver lo que cuesta y una chica se me acerca a pedir dinero. Realmente primero me asusté, la miro, pero me sorprendo porque es muy joven y bonita para estar allí en esas condiciones, le comento; amor, yo estoy tratando de reunir lo que vale el tren porque creo me faltan 20 céntimos y no tengo más dinero conmigo y aquí no hay cajeros; me dice ella que vaya a la caja que puede que me salga mas barato... me voy y de todas formas tuve que pagar con una tarjeta, por lo que me devolví a darle a la chica el efectivo que no usè, para mi sorpresa la chica también venia corriendo y cuando se acerca me dice que ella tenia 40 céntimos, que tomara 20 de ahí para completar mi ticket, La verdad es que me sorprendió mucho su preocupación y le agradecí, le dije que ya había resuelto y que tomara ella lo que me quedò a mi... nos quedamos hablando y pues lo mismo de siempre, extranjera indocumentada, sin trabajo...

¿Qué puedo ver en ambas situaciones? 1. Que con decencia y humildad puedes gestionar mejores soluciones con las personas, sin importar el nivel y sin darte cuenta incluso. 2. Personas que aunque necesitan, también están dispuestas a apoyar a otros en la medida de sus posibilidades. Primero con la intención y luego con lo que pueden ver que está en sus manos. 3. No hay que ser rico, ni esperar a diciembre, ni que nos toque el gordo de la lotería para ser solidarios, hasta el más pobre, cuando quiere, puede colaborar y solidarizarse con su entorno. 4. No todo es dar, al igual que no todo es recibir...hay que mentalizarse para gestionar ambas situaciones cuando se nos presenta la oportunidad. Estas dos personas, ante cada una me quito el sombrero.



6 comentarios:

  1. Bellísimo artículo! Es importante no perder la paciencia con cosas que son normales para otros, basta tratar la gente como gente, no importa lás circunstancias...

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  2. Pamela, que lindas experiencias de vida, pero quería llamar la atención no en las personas que te regalaron esas experiencias, sino en la persona que fue capaz de "ver" esas situaciones. Esto habla de tí, de quien eres y que esperas de la vida, muchas veces andamos tan apresurados por la vida que no vemos lo que pasa a nuestro alrededor, aveces responder mal a alguien en situaciones cotidianas es más fácil. tu blog lo tomo como un regalo. Gracias

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    1. Waao Andrés, muchas gracias :) :) Me alegro por el aprecio y que sea de provecho! :)

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    2. De verdad querida Pamela, que me enorgulleces cada vez que desnudas tu esencia y la compartes con los demás. Doña Aida dijo una vez, que eras un alma muy elevada, creo que tenía toda la razon.Dios te bendice.

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  3. Wowww esto es muy profundo :) gracias de corazón por tan bella apreciación,

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