Este primer domingo de enero viví un dejavù emocional en un juego de scape-room con mis amig@s. La misión que elegimos se llamaba "Pena de Muerte". Este juego se desarrolla en dos habitaciones cerradas y ambientadas en el contenido de una historia de investigación criminal. Había que descubrir las pruebas que liberaban al único sospechoso, que se encontraba encarcelado acusado de un asesinato (uno de los amigos era el personaje). Todo esto lo descubriríamos trabajando en equipo, a través de la lógica (incluyendo las matemáticas), la intuición, la osadía y algunas pistas y acertijos facilitados por el equipo de profesionales del centro; los cuales nos monitorean a través de cámaras en todo el transcurso del proceso y nos ofrecen solo 66 minutos para dar solución al caso.
Mi regresión a la aventura paralela empezó cuando vi en el suelo una pegatina o dibujo de la imagen de la portada de un libro que dejó estragos en mi y en parte de mi entorno; "El Sospechoso", así se llama el libro y por eso asumo que se encuentra allí, en la sala de acción (muy bien pensado). Esta historia, de mi con el libro, un amigo me dijo de escribirla y lo hice; pero nunca la compartí más que con algún cercano en ese momento. Así que ahora creo es tiempo de compartirla con ustedes.
Hace unos años (recién llegada a España) estaba en el centro de Madrid buscando un libro específico en psicología deportiva y no lo encontraba, caminando y caminando me alejé y me perdí hasta que llegué a Lavapiés. Un barrio inusual, muy cultural y diferente, de hecho es uno de los barrios más viejos y diversos culturalmente hablando _ en Madrid. Esto por la cantidad y variedad de inmigrantes que allí habitan y el tono Bohemio-Alborotado entre sus calles. Aparte los sitios para comer y los precios, una buena combinaciòn para darse un baño de "pueblos" y cultura general en cualquier tarde y sin ir muy lejos.
Mi regresión a la aventura paralela empezó cuando vi en el suelo una pegatina o dibujo de la imagen de la portada de un libro que dejó estragos en mi y en parte de mi entorno; "El Sospechoso", así se llama el libro y por eso asumo que se encuentra allí, en la sala de acción (muy bien pensado). Esta historia, de mi con el libro, un amigo me dijo de escribirla y lo hice; pero nunca la compartí más que con algún cercano en ese momento. Así que ahora creo es tiempo de compartirla con ustedes.
Hace unos años (recién llegada a España) estaba en el centro de Madrid buscando un libro específico en psicología deportiva y no lo encontraba, caminando y caminando me alejé y me perdí hasta que llegué a Lavapiés. Un barrio inusual, muy cultural y diferente, de hecho es uno de los barrios más viejos y diversos culturalmente hablando _ en Madrid. Esto por la cantidad y variedad de inmigrantes que allí habitan y el tono Bohemio-Alborotado entre sus calles. Aparte los sitios para comer y los precios, una buena combinaciòn para darse un baño de "pueblos" y cultura general en cualquier tarde y sin ir muy lejos.
En este lugar, Lavapiés, hay muchas librerías-cafés y bares, teatros de distintos niveles y nacionalidades, todos conviviendo en relativa armonía... es por lo que me llama la atención. En una de estas librerías-café "La Libre" (nombre que me atrajo), me detuve a tomar algo, pues estaba ya muy cansada por el tiempo que llevaba aventurando en la búsqueda del libro mencionado... *En estos cafés hay libros usados, dispuestos para lectura en el momento y no para la venta o alquiler*.
En esto veo que hay un libro en la meseta del sitio y pues me vino la curiosidad, porque era un libro de investigación policial. Yo nunca había leído libros de esos, expresamente escritos para el público en general. Recuerdo que un día estuve hablando con mi amiga Yeycy, que en ese momento (desde años atrás) y actualmente es la coordinadora de los proyectos de investigación donde yo trabajaba en Rep. Dominicana, de hecho su responsabilidad viene dada como "Investigadora Principal". Siempre hablábamos de temas diversos aparte del trabajo (eso me encantaba) y en esa ocasión ella me contaba que ese tipo de lecturas le fascinan y la entretienen muchísimo (por cierto, ella es investigadora en salud, ensayos clínicos y temas sociales... pero investigadora al fin), con una mente muy curiosa y perspicaz, igual que yo en muchos aspectos…
Pues, como ella es una mujer súper culta y divertida, entendí que podía ser mi primer acercamiento a ese mundo según yo desconocido, y que aquello podía darme unos ratos amenos de suspenso e intriga; sensación que viví a profundidad en un único y corto libro de Gabriel García Màrquez “Crónica de una muerte anunciada” y en los libros de derecho de mi padre y mi hermana (libros de criminología, casos de estudio que me gustaba hacer con ellos, y las historias en los tribunales que con tanta pasión ellos me contaban o yo iba a presenciar por mera curiosidad y adoración al amor y buen hacer de la profesión que ejercían y que aunque me gustaba también, nunca quise formar parte directa del club por querer hacer otras cosas que también me gustaban y no me limitaban al espacio geográfico o a mi parecer a algunos estilos en general.
Así que simplemente tomé el libro del anaquel para leer el título y el prólogo: "El Sospechoso" de L.R Wright. Inmediatamente la curiosidad y el preámbulo hicieron que me enamorara del contenido por descubrir, que incluso dice allí había ganado un premio (Edward Award) como mejor historia de suspenso. Yo ya estaba en mis aguas!!
Le digo a la chica del Bar-Librería-Café que por favor me ponga un café con leche y pregunto que si puedo sacar ese libro de entre los otros para leer algo mientras me tomo la merienda. Ella me contesta que sí, que están ahí con ese fin, al igual que los demás... empiezo entusiasmada el viaje a este otro mundo; cuando vengo a darme cuenta estoy totalmente sumergida en la lectura y veo que el tiempo ha pasado, llegué a las 03:50pm y ya eran las 04:50pm. Le digo a la chica que por favor me ponga una cervecita sin alcohol (yo para que no me estorben por no consumir y poder seguir mi lectura en paz). Al rato me doy cuenta que cada vez que levanto la cabeza el público a mi alrededor es diferente, cosa que me da igual, pero me hace saber que el tiempo avanza y yo no me he movido de ahí... Así pasaron varias horas y yo nerviosa porque quería leer lo más posible antes de irme, por si no encontraba ese libro para comprarlo (ya venía de una búsqueda fallida), deseaba asegurar que yo sabría el desenlace de la historia.
En eso le pregunto a la chica si era posible colocar el libro allí donde estaba y encontrarlo luego cuando yo volviera, a lo que ella me dijo que era dudoso porque la gente iba, leía, hablaba y se movía... así que no había un control del paradero de los libros. Pensé _debo seguir leyendo entonces_, y le pedí otra cerveza (esta vez se me olvidó decirle que sin alcohol) y así repetí la acción unas dos veces más... En ese transcurso ya le había preguntado otra vez a modo de afirmación _que si yo dejaba el libro detrás de algún anaquel, a lo mejor era posible encontrarlo... ella seguía empeñada en la misma respuesta y yo dándole vueltas a la pregunta. ¡Diossss!!! debo seguir leyendo. _Pido una coca-cola_, pues ya sentía que el alcohol hacía efecto en mi lectura, luego me pedí una infusión no se de qué y continué...
Al fin que veo a mi alrededor, solo quedo yo en el lugar, y nada más había leído unas 70-75 páginas, pero eran doscientas y pico _no me dará tiempooo_. Ya cuando le digo a la chica, la última vez, que me traiga la cuenta y pregunto "que si era rotundamente imposible yo poder encontrar ese libro nuevamente al otro día_ para continuar mi lectura. La chica ya harta pero con voz muy amable aunque tajante me dice: Oye lo que vamos a hacer, -colocó las dos manos encima de la barra como si se estuviera apoyando para saltar, más que había abierto los ojos hasta su máximo nivel de estiramiento Me dijo: -Llévate el libro!! Sí Sí, llévatelo! Además ya te has tomado no sé cuantas cervezas, café, refresco, infusión; ese libro está ya pago y es un regalo del Bar para ti. ¡Llévatelo por favor! Además es raro que de una en un lugar como estos te enganche un libro así y de inmediato –Yo no lo podía creer y lancé un grito de júbilo y le di las gracias con una sonrisa de oreja a oreja. ¡¡Que felicidad!! ¡¡Que emoción!! (Creo que en ese lugar habrán puesto una foto mía en algún lugar oculto para no dejarme entrar en una próxima - cuando he vuelto me siento fuera).
Ese día me fui nerviosa a la casa, leía en el metro, en la parada del transbordo, que feliz yo era. Llegué a mi casa a llamar a mis hermanas (una en Italia y la otra en Estados Unidos) les conté lo que me había pasado y estaban tan intrigadas que me preguntaron de qué trataba el libro, pues les comenté que era una historia policial, un Sr. anciano sospechoso de matar a otro anciano igual que él de unos 85 años y no se sabía el por qué, y encima a esas alturas de la vida, aparte que ni habiendo la seguridad de que era él se habían podido detectar pruebas válidas que lo inculparan porque era algo más allá de pruebas físicas, era algo emocional…pero ahí estaba la intriga, el perfil psicológico del asesino que a lo mejor no era asesino porque solo fue un crimen y de ser cierto, tampoco era su costumbre, por lo que no aplicaba para la profesión de criminal. Aparte de lo bien narrada, divertida y descriptiva de la historia y el suceso está también la "idiosincrasia" de los demás personajes… bueno, al fin que del suspenso generado, mis hermanas ya me llamaban para saber cómo iba la trama, porque a ellas también les parecía súper divertido e interesante compartir los capítulos de esa manera tan entusiasta.
Así pasaron los días, pero como ya no tenía prisas, puesto que el libro ahora era mío y yo gozaba de tenerle en mi poder, empecé nuevamente a leerlo y a tomarme mi tiempo, cosa que luego me hacía pensar: - ay Dios y si le pasa algo al libro o a mí y no puedo saber el desenlace??. Entonces es cuando decido llevar conmigo el libro a todas partes para poder terminarlo y ya después lo releería si era necesario.
Un día entre lecturas iba a una reunión con mi amigo Ángel (del mundo del deporte y mi mentor-consejero para casi todos los temas con los que lidiaba en ese momento dentro y fuera del deporte. *Tengo muchas suerte*), en lo que coordinamos _me llama otro colega mutuo_, Josele (en ese momento director del Club de Fútbol de Carabanchel (allí colaboraba en el programa de formación en valores y coaching impartido a los niños futbolistas). La petición de Josele es que si podía ir a filmar un vídeo del trabajo que hacemos en el club - le digo que claro que sí y me dice que entonces le diga a Ángel también (ya el sabía que habíamos quedado) y que estemos a las 4:30pm allí - eso era una hora antes de lo que yo tenía acordado con Ángel y es la razón por la que ya se me acortaban los plazos, estaba ya contra el reloj; almorcé algo rápido, me vestí, tomé mi libro; aunque lo solté porque dije _mejor no!, sigo leyendo al regreso. Pero pensando en el tiempo precioso que perdería de lectura en el transcurso del viaje, decidí llevarme mi libro. Feliz, voy corriendo al metro pues había quedado con Ángel en una estación para continuar el viaje juntos hablando de los temas pendientes… en lo que espero el metro veo que tengo las uñas sin pintar y eso no era posible, porque aunque no soy vanidosa ni superficial, por respeto a la audiencia yo debía cuidar detalles femeninos para guardar la imagen más o menos impecable en el vídeo (yo no sabía para dónde iba a rodar ese trabajo).
Entre mi abrigo gigantesco (porque entraba el invierno), mi móvil por si llamaba Ángel, mi libro, mi cartera y que veía que solo tenía 2 minutos para encontrar el esmalte (en la profundidad de mi bolso) y pintarme las uñas - de manera optimista acelero el paso y solo logro pintarme una mano, puesto que ahí mismo llega el metro, que en lo que calculo que se sube la gente me da tiempo a pintar un poco más… luego pienso que no es bueno arriesgarse y cuando toca bocina cierro el esmalte, tomo el móvil y entro a ambos en mi cartera; agarro mi abrigo y me levanto rápidamente; ahí siento que se me cae el libro que reposaba en mis piernas y por instinto _ sin querer le pateo, llevando el libro justo al espacio entre el coche y el andén -Noooooooo -grité desolada-, todos dentro del vagón levantaron la mirada hacia mí para ver qué era lo que había sucedido… yo solo pude ver como se cerró la puerta del metro, sentarme para tomar aire y sentir que bajaba una lágrima por una de mis mejillas; pero esa lágrima no era del dolor del libro, más bien por la torpeza y la impotencia. ¡¡¡¡Diosss!!!!!! todos mis esfuerzos en vano, eso no era posible. ¿Qué diría la chica de la librería?? ¿Mis hermanas??? Ya no sabría en que terminó la historia. Qué tristeza… en eso llego con mi amigo y le comento todo lo que me había sucedido desde el principio, pues se me notaba que algo pasaba, él me dijo que a lo mejor por internet se encontraba y que me ayudaría a buscarlo (creo que también estaba intrigado o simplemente fue empático con mi tristeza).
Al llegar al lugar donde me dirigía y cambiar un poco los temas, mi amigo se queda mirando fijo mi mano derecha y de manera muy curiosa me pregunta que por qué llevo las uñas de una mano pintadas y la otra no, a lo que le respondo ya sin dar mucha importancia: que por qué creía el que me distraje del libro?? Eso me avergonzó a un más y me hacía sentir culpable.
Ese día hicimos la entrevista que necesitaba Josele, y al salir quedamos de ir todos a tomar un café, yo quería realmente compartir, pero es que me llegó a la cabeza una idea que a lo mejor funcionaba y era ir nuevamente a la estación y ver si el libro estaba allí. A lo mejor un soplo de suerte le había salvado; por lo que me despedí del equipo y le comenté a mi amigo que iría a ver si podía rescatar el libro de los andenes del metro, ya esa historia abrazaba algo más personal, ya había un apego y una condescendencia con la chica del bar, yo tenía una responsabilidad que debía asumir. Ese libro estaba seguro en la librería, el no pidió salir de allí, yo no debí descuidarlo o sacarlo de su sitio de seguridad...
Corriendo y esperanzada volví a mi estación de Fuencarral (donde ocurrieron los hechos), una hora de camino prácticamente, y al llegar me quedé en el andén contrario al suceso, esperé que se marchara el tren y la gente que estaba allí; y recorrí con la vista todo el trayecto posible del susodicho. No lo podía creer, ahí estaba, intacto, esperando mi auxilio; cayó en el espacio en negativo del andén, incluso los papelitos que se me habían salido del libro estaban justo en la zona amarilla del piso (esquina del andén para subir al metro) Feliz fui a la estación y comuniqué a la señora de turno lo que había pasado y que ese libro yo lo necesitaba, que no había más ediciones (eso me lo inventé para convencerles) y que ese era especial porque se había salvado. Que por favor me ayudara, me dijo que llamaría a la seguridad y si la vara alcanzaba, lo sacarían, si no, nada porque estaba prohibido y multado bajar allí (cosa que me asustó porque era lo que yo estaba pensando hacer antes que se me ocurriera pedir ayuda a las autoridades)_. Cuando el seguridad lo viò, me dijo que yo tenía mucha suerte; porque todo lo que se cae lo hace del lado dentro de los rieles y al centro, por lo que es difícil alcanzarle y ese había caído en el espacio debajo del andén. Yo simplemente quería saltar de emoción, quería abrazar y besar a ese hombre que no conocía pero me había hecho muy feliz (igual me contuve); recogí mis papelitos y luego coloqué mi libro en mi cartera y corrí entusiasmada y con temblores a la casa. Ya necesitaba estar a salvo y descansar de la tragedia.
En eso, días después ya no saqué más el libro de la casa y leí tranquilamente en ratos libres hasta culminar la historia, la verdad es que no me arrepiento de todos los esfuerzos, luego volví a leerlo completo y ahora me dedico a buscar historias de este tipo de vez en cuando, para vivir la misma emoción que en esa ocasión - aunque sin tanto suspenso personal, ya un poco más relajada y controlada.
A mi amigo Ángel le escribí para desahogar mi alegría y que ya no necesitaba de la búsqueda prometida. A mis hermanas les dije que mejor ubiquen el libro y lo lean para que tengan su propia experiencia... a raíz de esto creo que la autora _que debe estar en el santo regazo_ habrá duplicado sus ganancias, pues a todo el le comento me dice de buscar el libro y leerlo para entender la razón de mis esfuerzos y el desenlace del misterio. En este momento incluso, hasta donde sé, el libro lo tiene una amiga de mi madre en República Dominicana, que también lo ha querido leer. Yo le sigo la custodia para que un día el libro vuelva a mi y a lo mejor lo dono otra vez a la misma librería-café y que rote la felicidad de una buena lectura.
Al salir del Scape-Room aquel domingo, volví a recordar esta historia y la quise compartir. Excelente trabajo de escritura e imaginación de la autora de "El Sospechoso" y pues, yo es que a veces puedo parecer muy intensa y dramática, más aún con las cosas que me gustan y me divierten. Igualmente digo que fue una hermosa e interesante experiencia la participación en equipo con mis amig@s en este tipo de actividades de ocio, como es el caso de intriga en el space-room. Que aunque no lo resolvimos del todo en los 66 minutos que te dan, sabemos que estábamos muy cerquita, a ley de unos 5 minutos más... de hecho, hasta nos permitieron concluir; aunque sabiéndonos descalificad@s... pero igual felices y airosos por el éxito de nuestro buen hacer en el proceso_. Por cierto, el sitio elegido para dicha actividad es www.exit-game.es (recomendable 100 %).
A mi amigo Ángel le escribí para desahogar mi alegría y que ya no necesitaba de la búsqueda prometida. A mis hermanas les dije que mejor ubiquen el libro y lo lean para que tengan su propia experiencia... a raíz de esto creo que la autora _que debe estar en el santo regazo_ habrá duplicado sus ganancias, pues a todo el le comento me dice de buscar el libro y leerlo para entender la razón de mis esfuerzos y el desenlace del misterio. En este momento incluso, hasta donde sé, el libro lo tiene una amiga de mi madre en República Dominicana, que también lo ha querido leer. Yo le sigo la custodia para que un día el libro vuelva a mi y a lo mejor lo dono otra vez a la misma librería-café y que rote la felicidad de una buena lectura.
Al salir del Scape-Room aquel domingo, volví a recordar esta historia y la quise compartir. Excelente trabajo de escritura e imaginación de la autora de "El Sospechoso" y pues, yo es que a veces puedo parecer muy intensa y dramática, más aún con las cosas que me gustan y me divierten. Igualmente digo que fue una hermosa e interesante experiencia la participación en equipo con mis amig@s en este tipo de actividades de ocio, como es el caso de intriga en el space-room. Que aunque no lo resolvimos del todo en los 66 minutos que te dan, sabemos que estábamos muy cerquita, a ley de unos 5 minutos más... de hecho, hasta nos permitieron concluir; aunque sabiéndonos descalificad@s... pero igual felices y airosos por el éxito de nuestro buen hacer en el proceso_. Por cierto, el sitio elegido para dicha actividad es www.exit-game.es (recomendable 100 %).
No hay comentarios:
Publicar un comentario